Como marca, no te cabe duda de que una de las cosas más importantes que debes hacer es crear y comunicar tu identidad. Tu identidad corporativa es tu forma de reflejar la personalidad de tu marca, y te ayudará a atraer y fidelizar a los consumidores y a diferenciarte de la competencia, entre otros objetivos esenciales que debes tener siempre en mente. Hay una parte muy importante dentro de la identidad corporativa que es la identidad visual.
Vivimos en un mundo en el que estamos constantemente expuestos a miles de mensajes cada día. En este contexto, lo visual nos entra mucho más por los ojos que lo textual.
¿Crees en el amor a primera vista?
Desde luego, te aseguro que con las marcas sucede algo parecido. Si una marca es capaz de llamar tu atención, tiene muchas más posibilidades de que acabes comprando aquello que te vende, ¿verdad? Pues eso es lo que conseguirás con la identidad visual; atraer, enamorar y fidelizar a tus clientes a primera vista.
La identidad visual tiene como función transmitir a través del logotipo, los colores corporativos, los símbolos, las tipografías… la personalidad de una marca y evocar unas emociones determinadas entre los consumidores. Podemos definirla como el diseño de todos esos aspectos que identificarán visualmente a tu marca, y debes tenerla en cuenta desde el mismo momento en el que comienzas a plantearte la creación de un negocio.
Te ayudará, y mucho, a que tus clientes potenciales te identifiquen, lo que permitirá que vayas, poco a poco, creciendo.
La identidad visual son todos los componentes gráficos que identifican y representan a tu marca a simple vista: el logotipo, los colores corporativos, los símbolos y las tipografías.
La identidad visual corporativa hace que tu marca sea reconocible ante el mundo.
Está compuesta por varios elementos, como:
- La identidad arquitectónica
- El diseño de los espacios interiores y exteriores
- El logotipo
- Las tarjetas corporativas
- La señalización
- El merchandising
- El equipamiento comercial
Los colores, las imágenes, los diseños… se convierten en elementos fundamentales para comunicar y transmitir la esencia de tu marca.
Es fundamental que los elementos de tu identidad visual corporativa sean coherentes con tus valores, tu cultura y tu estrategia global. Y no solo eso: también deben mostrarlos a simple vista a los consumidores.
Además, debes tener en cuenta que para que la identidad visual de tu marca sea realmente efectiva y consiga sus objetivos debe reunir estas características:
- Debe ser sólida.
- Debe ser reconocible universalmente.
- Debe tener sentido y coherencia.
- Debe corresponderse con la misión de tu empresa.
- Debe estar relacionada con la estrategia global de la marca.
Y muy importante: debe poner en el centro a tu cliente ideal. Es decir, la persona a la que te dirijas de manera principal debe verse identificada con la manifestación visual con la que presentas tu marca, tus productos y servicios al mercado.
Ahora déjame que te haga una pregunta: ¿tienes definida la identidad visual de tu marca?
Evidentemente, mi objetivo es que te la respondas a ti mismo/a. Yo puedo ayudarte a que te plantees lo siguiente:
- ¿Cómo se está comunicando tu negocio?
- ¿Qué elementos destacan en tu identidad visual corporativa?
- Estos elementos, ¿son fieles a la identidad global de tu marca?
Si no has creado ya la identidad visual de tu marca, y te propones hacerlo, debes partir considerando estos dos conceptos principales:
- Plantéate cómo es tu marca. Debes conocer a fondo quién es la empresa, qué hace, dónde está ubicada, cuál es su historia… porque toda la identidad visual debe ir acorde a esta conceptualización para que tu mensaje llegue de una forma verdaderamente efectiva.
- Define la cultura organizacional, es decir, los valores, creencias, emociones y experiencias que identifican al consumidor con la marca. Te hablo de aquello que hace única a tu marca, los conceptos que trasladas a tu cliente ideal para conseguir que tenga un sentimiento de empatía y cercanía hacia tu negocio y que te permiten diferenciarte de las demás marcas.
Con estos dos puntos en mente, puedes empezar a idear la identidad visual de tu marca. Es el momento de integrar los símbolos como el logotipo, la tipografía, los colores… con el resto de los elementos que representan a tu marca.
Y finalmente, llega el momento de centrarte en el punto de venta, es decir, en el ambiente de tu empresa: el espacio, la arquitectura, los elementos de comunicación visual…
Esta es la máxima: debes conseguir que todos los elementos sean congruentes entre sí y con tu personalidad.
Por eso, definir adecuadamente el ambiente corporativo es vital para generar afinidad y fidelidad hacia tu marca. Los espacios, la iluminación y todo el equipamiento comercial (desde los muebles más grandes hasta las piezas más pequeñas como pueden ser los portaprecios) son elementos que comunican perfectamente la identidad de tu marca.
Y aquí es donde Abarnom podemos ayudarte. Porque si ya tienes definida la identidad visual de tu marca, sabes que tu negocio es único y no quieres hacer lo mismo que hace tu competencia. En Abarnom buscamos contigo la mejor manera de expresar tu personalidad de marca en tu tienda o negocio. Exponer de forma clara y limpia quién eres y qué vendes te ayudará a aumentar tus ventas y fidelizar a tus clientes, y con nuestro servicio de proyectos a medida podemos ayudarte a conseguirlo.
Elaboramos a medida letras corpóreas, rótulos luminosos, carteles o lonas, regletas para tus estanterías, vinilos, portaprecios personalizados… Se te ocurra lo que se te ocurra, seguro que podemos hacerlo realidad para ti. ¿Quieres que trabajemos juntos?